domingo, 25 de noviembre de 2012

Historia

                                                   Deja vu


Había terminado de almorzar y le conté a mi mamá lo que había soñado.

Todavía puedo recordar aquel día, fue sábado, cuando solía por las tardes visitar a mis abuelos.

Papá había llegado recién de Lima, después de un largo viaje, había traído unos ricos turrones, era el mes morado.

Mamá había retirado los platos de la mesa y yo muy indecisa hice un alto y le pedí a ella que me escuchara. Le hablé acerca del sueño que había tenido hace unos días atrás. Le dije que el personaje principal de mi sueño era mi abuelito y que él había fallecido. Mamá se asustó y no quiso seguir escuchándome, me dijo que eran ideas mías, que eso no pasaría, que mi abuelo estaba muy bien y más aún no padecía ninguna enfermedad. Que más tarde iríamos a visitarlo a su casa .

Cerca de las 4:00pm llegamos donde mis abuelos. Y así todo empezó:

Mi padre preguntó por mi abuelo y él se encontraba durmiendo, cuando en eso se levantó dirigiéndose a la pequeña sala, allí estaba toda mi familia reunida. Mi abuelo le pidió a mi hermanito que le fuese a ver el periódico, a él le gustaba siempre estar informado de la actualidad.

Mientras mis papás y mi abuela conversaban, mis hermanos y yo jugábamos; mi padre de repente  observó a mi abuelo sentado y que lentamente cerraba los ojos. Al notar esto mi padre, le habló, lo abrazó, lo remeció, pero tampoco se levantó, él se había ido para siempre. Fue la primera vez que vi llorar a papá.

Al cabo de unos instantes, dieron a conocer la triste noticia, se había extendido a nuestro familiares y amigos cercanos. Mi abuelo fue una gran persona y muy querido por todos ellos.

Cuando mi abuelo ya estaba dentro del féretro, mi tío Daniel observó desde una cuadra una carroza estacionada frente de casa y pudo notar que algo raro estaba sucediendo, corrió de inmediato y se dio con la sorpresa que mi abuelo había muerto. Aún recuerdo que se enfadó mucho porque había sido el último de los hijos en enterarse y es que en realidad se le había tratado de localizar, pero en esos días se había ido a la sierra piurana, donde muchas veces no hay señal.

 

Al darle eterna sepultura, mi abuelita y todos los presentes lo despidieron con un grupo de mariachis, ya que mi abuelo solía escuchar canciones mexicanas y siempre dijo que el día que se vaya de este mundo lo despidieran todos alegres, que no quería llantos, porque él siempre estaría con nosotros.

Todo esto un día lo soñé, lo viví y ahora lo cuento porque a mi me pasó.

Yo tenía apenas diez años cuando pasó este deja vu, experiencia de sentir que ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación.

 

Historia


¡En Piura!
 

Había llegado el ansioso día,  Luciana  y sus amigas viajaron a Piura, conocida como la “ciudad del eterno calor”.
Piura, está ubicada en el norte del Perú. Es una tierra de clima cálido, al igual que su gente.
Cuando llegaron a Piura, su guía les recomendó visitar primero el distrito de Catacaos, ya que se encuentra ubicado a unos 11km, de este bello Departamento. Y es que la atracción de este lugar para quienes la visitan es su artesanía, orfebrería y sobre todo su gastronomía, reconocida hoy como “Capital artesanal de la Región Grau”.
Cuando visitaron la calle Comercio, quedaron impresionadas, ya que se podría decir que esta calle es esencia y representativa del pueblo, allí se concentra todo lo que le caracteriza. Aprovecharon y se tomaron muchas fotos, compraron tres pulseras para que Luciana, Marisol y Almendra, las llevasen en símbolo de su amistad, también compraron unos hermosos jarrones. Después decidieron ir a almorzar a un restaurant conocido “La Chayo”, donde degustaron el famoso plato típico “seco de chavelo”, otros como: “carne seca”, “majado de yuca” y el tradicional “copus”.
Como egresadas de periodismo, las tres amigas quisieron ir más allá e indagaron acerca de este lindo pueblo, sus historias, sus ritos, su magia, su encanto y quedaron totalmente sorprendidas sobre todo cuando los pobladores les dijeron que este hermoso pueblo vio nacer a José Cayetano Heredia, quién a pesar de su pobreza y sus obstáculos logró salir adelante y rescatar en la Medicina Humana.
Después de haber estado unos días en el pueblo de Catacaos, tomaron por opción pasar año nuevo en Máncora, lugar que se encuentra a una hora de la Provincia de Talara, Departamento de Piura.
Máncora se ha convertido en un potencial eje turístico del Perú. Balneario visitado por los surfistas peruanos y extranjeros. Luciana, ama el surf y ha decidido tomar una tabla, para vivir una experiencia en carne propia para redactar una nota periodística.

¡Visita Piura, conoce a su gente!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Historia


Una Navidad en el hospital
 

Todos en casa esperábamos ansiosa la noche buena, después de unos minutos habíamos recibido al Niño Jesús y habíamos pedido muchas bendiciones para nuestro hogar.

Nos habíamos dirigido a la mesa para cenar y en eso sonó el teléfono, mamá contestó la llamada, cuando de repente se quedó callada y soltó un llanto. Papá, mis hermanos y yo la miramos apavoridos y antes de preguntarle, mamá se adelantó y dijo: ¡no puede ser, si ayer ella estaba bien!

Mi abuelita, había fallecido de paro cardíaco y es que esta enfermedad que no te avisa, ni presenta algún síntoma, ella un día antes había estado en casa riéndose, platicando, hasta bailando, había sido su cumpleaños.

Después de la dura noticia, la comida había quedado intacta, nos fuimos al hospital. Cuando llegamos, mamá se desmayó, el dolor la embargaba totalmente. El Dr. nos invitó a pasar a la habitación donde se encontraba mi abuelita, yo la vi, estaba completamente fría y pálida, besé su frente. Luego la llevaron al velatorio, allí estaba reunida toda mi familia.

Después decidí dar una vuelta por el hospital, pues   quería olvidarme por un momento de lo que estaba pasando y mientras caminaba escuché entre los pasillos el grito de un bebé, al acercarme vi cuando la mamá lo sostenía sobre sus brazos acariciándolo, era un ambiente donde se respiraba felicidad.

Cuando di un alto y entré a la cafetería me puse a meditar, y me di cuenta que en esa noche viví en carne propia dos hechos que vienen a ser antónimos: vida y muerte. Y además donde una persona sabe cuando nace, pero no cuando muere.

 
Abuelita te fuiste un 06 de octubre del 2006, pero para mi siempre estarás en mi corazón.

martes, 20 de noviembre de 2012

Historia


                                   Cusco: experiencia y recuerdo

Todo empezó en otoño del 2004, cuando visité la hermosa ciudad del Cusco, Capital Incaica.

Había caminado unas cuadras, y de repente tropecé cuando caí fuertemente al suelo, quise levantarme y no pude. Fue allí cuando Ramiro se acercó y lo conocí por primera vez y me dio la mano.

Ramiro, el chico del chullo rojo, que más tarde lo llamé así, me sorprendió en un primer instante y no solo por lo de ser caballero, sino que después de haberlo tratado pude notar lo especial que era.

Una vez que me instalé en la casa de mi tío, quise dar un paseo por la hermosa capital. Como olvidar ese estrecho callejón, donde hice una fotografía a la hermosa piedra de los Doce Ángulos, la Plaza de Armas, la Catedral, la grande pileta, que daba vida, su artesanía, los objetos preciosos de oro que se vendían en las joyerías, en fin toda una variedad.

Todavía puedo recordar que cuando iba de regreso a la casa de mi tío, comenzó a llover un poco fuerte, menos mal que fui preparada, saque de mi mochila un impermeable y corriendo fui de regreso. Al cruzar la calle pude notar a una poca distancia a Ramiro, que llevaba en sus manos un sobre, que con su chompa trataba de cubrirlo para evitar de que se mojase. Quise recompensarle con la ayuda que me ofreció. Me acerqué y le dije, que le obsequiaría mi  impermeable, ya que él por la circunstancia lo necesitaba más que yo. Cuando de repente se rehusó y me dijo que no me preocupara. Yo insistí y le dije que no lo necesitaba porque estaba cerca a casa, a una cuadra de la Plaza de Armas, él me miró y soltó una carcajada, y me dijo que su casa estaba al frente de la casa de mi tío, y en eso los dos reímos. Además me dijo que conocía a mi tío Manu.

 Al día siguiente por la noche me fue a visitar, me invitó  a su casa, pero antes le pidió permiso a mi tío Manu para que pudiese salir, y él con una tierna sonrisa le dijo, hijo cuídala y regresen temprano, al parecer eran muy buenos vecinos.

Eran por cierto aproximadamente las 8:00am y Ramiro me llevó a la terraza de su casa, donde estuvimos observando la gente caminar, las típicas costumbres, los exquisitos choclos, el chancho acompañado con unas grandes papas. Después de unos minutos, me enseñó un regalo que se lo dio su papá antes de morir, un grande telescopio. Fue la primera vez que pude ver desde aquel objeto, las brillantes estrellas, que con la dirección de sus dedos quiso dibujar dos caras felices.

 De repente me dio un fuerte dolor de cabeza y me desmayé. Cuando me levanté, estaba al lado de una fogata ya un poco mejor, que envolvía mi cuello una hermosa bufanda de Ramiro, quise devolvérsela y no la aceptó. Una vez más le agradecí por lo que había hecho por mí y me llevó de vuelta a casa.

Al día siguiente, quise dejarle un obsequio, en agradecimiento por las veces que me ayudó, pero muy temprano había viajado urgente al pueblo de Ollantaytambo, pues su mamá habría sufrido un accidente. Quise acompañarlo, pero mi tío no quiso que me expusiera, ya que el pueblo se encontraba en estado de emergencia, y es que un desastre fatal, un huaico, había alborotado aquel pueblo.

Mi tío dice que a los poco días la mamá de Ramiro falleció y que a raíz de esto tuvo que inmigrar a Lima para llevar a cabo sus estudios superiores.

Ramiro actualmente estudia en la Universidad Mayor de San Marcos, la carrera de Derecho y Ciencias Políticas. Espero que todo le vaya bien y ojalá algún día nos volvamos a encontrar amigo. Ramiro eres una excelente persona y tu ciudad ni que hablar.

¡Conoce el Cusco y trata a su gente!

 

 

domingo, 11 de noviembre de 2012

Historia


Carrusel

Bruno y Daghira crecieron juntos en México, siempre se ayudaron el uno al otro, eran los mejores amigos.

Desde que su mamá de Daghira murió, ella se ha quedado completamente sóla, Bruno nunca dejará de estar a su lado, pues la quiere mucho.

Cierto día ambos niños hicieron un recorrido por la hermosa ciudad de Guadalajara, donde por primera vez sintieron que ambos se necesitaban, que su compañía era muy importante en sus vidas. Y decidieron visitar uno de los centros comerciales del padre de Bruno, “Carrusel”, un hermoso lugar, parte de todos sus recuerdos.

En “Carrusel” comieron muchos helados de todos los sabores, pizza, tequeños, pasearon en todos los carruseles por haber. Después se fijaron en una hermosa pintura, que Bruno más tarde la  bautizaría con el nombre de “El amanecer”.

Pasado un tiempo ambos jovencitos terminaban el colegio. Daghira con sus altas calificaciones había obtenido una beca, lo cual le permitiría viajar al extranjero junto con Bruno.

Pero a veces el mal se interpone en el camino de muchos, así como lo fue para Daghira.

 Ximena, una compañera de clase, quien estaba enamoradísima de Bruno, atropella brutalmente a Daghira para así de esta manera impedir que ella viajase junto con Bruno. El accidente automovilístico, provocó que Daghira perdiera la memoria y sea de inmediato escondida por Ximena.

Cuando Bruno se enteró del accidente que había sufrido Daghira, y que a raíz de esto había fallecido. Esto lo llevó a una tremenda depresión, no podía aceptar la realidad y pensó que viajando al extranjero a estudiar, Daghira viviría por lo menos en sus pensamientos.